¡Salud!, por la destilería Naturalista
La destilería de autor Naturalista nace en Los Huertos de Puerto Natales, en un entorno privilegiado por el paisaje y la tierra. Aquí es donde Carmen Gloria, su fundadora, empezó con las primeras recetas de aperitivos y bajativos hechos con especies tradicionales de la región, como el calafate, ruibarbo y la rosa mosqueta.
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Nos recibe en su casa, un lugar tremendamente acogedor. El aroma nos empuja a pasear por entre sus vitrinas y mostradores, encontrándonos con botellas delicadas y bien cuidadas; recorremos su cocina llena de hierbas, y descubrimos a través de sus alambiques, las historias que hay detrás de esta propuesta.
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Carmen Gloria tuvo la visión de reconocer la riqueza de frutas y hierbas, silvestres e introducidas, que crecían a su alrededor como la mala hierba. La mayoría invisibilizados y, por supuesto, subvalorados. En ellos encontró no sólo ingredientes para sus licores, sino también, la inspiración para convertir estos productos en un actor principal en la mesa de magallánicos y turistas.
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Rodeada por la estepa patagónica, el canal Señoret, y las huertas que emergen en este rincón de Natales, todo su entorno fue un llamado a crear. Ver lo que otros no habían visto, tomar lo que la naturaleza entregaba, mezclar elementos, estudiar lo que no sabía y atreverse a probar.
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Cuando llegó a vivir a Los Huertos encontró en su patio un guindo, que, de alguna manera, fue el comienzo de esta apuesta. “Mi motivación principal para crear la línea de licores fue poder dar valor a las materias primas que encontramos en la región, transformándolos en un producto que pueda llegar a distintas partes del mundo. Es una deuda que tenemos como país con nuestras materias primas”, comentó Carmen Gloria.
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Rescatando fórmulas de antaño dio con una receta propia del licor de calafate, un punto de partida idóneo para dar rienda suelta a una idea: que los visitantes de la región se llevaran un trocito de la pampa y de su gente de vuelta a casa. “Este proyecto siempre fue pensado con un enfoque hacia el turismo”, nos explicó Carmen Gloria. Luego vinieron los licores de rosa mosqueta, ruibarbo y guinda ácida y el bitter de paramela y mata negra. Después, el gin de 13 botánicos. Y así, la apuesta ha ido arriesgándose cada vez más. Los resultados, sin embargo, siguen encantando, y hoy es posible encontrar estos destilados en un montón de restoranes de la capital de Última Esperanza.
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“Todo comenzó de manera muy lúdica, al principio fue para probar qué tan difícil era hacer licor de calafate, pero luego me vi haciendo pruebas con otros frutos. Hice licores con lo que encontraba aquí en el huerto, como con apio silvestre. Mi motivación era aprovechar la huerta. Es tan rico el territorio que te entrega estos frutos, algunos silvestres, otros introducidos, que se dieron muy bien”, recordó.
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Después vino su primer acercamiento con un restaurante natalino interesado en contar con sus licores. Y, posteriormente, la adjudicación de un proyecto Corfo de innovación que le permitió prototipar las recetas y hacer crecer lo que hasta ese momento era una destilería en potencia.
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El mercado de la destilería
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“Estamos dirigiendo nuestros esfuerzos a las personas que buscan un licor artesanal, de edición limitada, con materias primas locales; segmento Horeca, al turismo, principalmente. Nos encontramos en un momento de tendencia con respecto de los cócteles de autor. Acá en Natales hay toda una apuesta por este tipo de preparaciones, por lo que los bares también son un lugar al que queremos llegar”, comentó.
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Los productos de la destilería se pueden degustar en varios restoranes y bares tales como: Play Natales, Mesita Grande, Guanaca Pizzería, Santolla, Last Hope; y es posible comprarlos en tiendas como Wine and Market, Superfrut, Mandala Andino; el Hotel The Veat y el restaurante Santolla.
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Identidad y calidad son claves para esta marca que no solo roba miradas, sino que busca ampliarse más allá de nuestras fronteras. Una apuesta, inspiradora y vibrante, que viene de la mano de alguien que ha sabido ver en la pampa patagónica aquello que brilla y que no todos valoran y que, además, ha logrado hacer carne un montón de sueños, con calidad, trabajo y humildad.
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Licores, bitter y gin
La gran disponibilidad botánica en Puerto Natales la llevó a crear el gin de 13 botánicos, donde confluyen los sabores del eneldo, pimienta de canelo, ruibarbo, paramela, zarzaparrilla, lenga, entre otras flores silvestres de la Patagonia.
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A este producto, el más nuevo de todos, se suman los más experimentales: licor de calafate, ruibarbo, guinda ácida, rosa mosqueta y su bitter de paramela y mata negra. Este último es definido por su fundadora como un licor del amor. Se puede degustar como bajativo y en cócteles acompañados de espumante y/o gin. Se sugiere servir frío, a -3°C.
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¿Qué sabemos de la paramela?
La paramela es una de las estrellas de las materias primas de los licores de la destilería, una hierba que Carmen Gloria recolecta en las cercanías de Torres del Paine. “Es aromática y tiene una resina que da mucho aroma, se puede encontrar durante todo el año. Tiene muchos usos, principalmente al bienestar. Además, es afrodisíaca”, comentó la fundadora de la destilería.
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Según información del Ministerio del Medio Ambiente, la paramela (Adesmia boronioides) es una “especie endémica de la Patagonia de Chile y Argentina. En Chile su distribución se restringe a las regiones de Magallanes (Vidal, 2007) y Aysén. Dentro de la Región de Magallanes, se distribuye en dos Provincias (Magallanes y Última Esperanza), sin embargo, ésta se encuentra acotada a sectores de San Gregorio (Magallanes), en el Parque Nacional Torres del Paine, y algunos sectores aledaños como Estancia Lazo y Estancia Cerro Guido. También está presente en Chubut y en tres provincias de Argentina, donde en algunos lugares es una especie dominante”.
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Según la página web de la Red de Seguridad Alimentaria del CONICET de Argentina, la paramela es una planta autóctona de la zona andina patagónica, que fue y es usada por los pueblos originarios de esta parte del territorio argentino. “Fue y es usada para aliviar dolores articulares y calentar el cuerpo, haciendo vahos y baños con la planta sumergida en agua caliente. Se utilizan principalmente las hojas y en menor medida los tallos, pudiéndose beber su cocimiento en situaciones de fatiga, desgano, resfríos, enfriamientos y trastornos digestivos”.
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