Asado al palo, monturas y cultura gaucha
Visitar una Estancia es la mejor manera de conocer la Cultura de Magallanes montando a caballo las pampas con un baqueano (gaucho), observando la esquila de las ovejas, el pastoreo de ovejas (cuando es temporada) y degustando el mejor cordero que jamás hayas probado, el asado de cordero patagónico.
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Luego de unos años, Jorge y Estrella decidieron estudiar y criar otras aves emparentadas con los ñandúes y, a partir de ellas, notar las similitudes y diferencias que existen. A la cría de ñandúes, se sumaron una pareja de avestruces australianos (emúes) y otra de avestruces africanos. Rápidamente se corrió la noticia de la existencia de estas aves exóticas y no faltó quien quisiera conocerlas. “La diferencia de este proyecto con otros tantos de cría artificial de ’ratites’ (emú, avestruz y ñandú) es que, en el resto de Chile, se sacan los huevos fertilizados para ser incubados artificialmente, mientras que aquí, se deja al macho incubar sus huevos y criar a los charitas hasta la entrada del invierno” aclaró el dueño de casa. El despertar turístico de la región hizo que no dudaran en abrir las puertas de su estancia y permitieran que los visitantes apreciaran su trabajo y conocieran las costumbres de estos amistosos plumíferos. En Parque Ñandú es posible tomarse fotografías con los animales y hasta darles de comer en la boca a las charitas de menos de un mes de vida. Al acceder al parque, el visitante tiene la oportunidad de observar las diferentes etapas de desarrollo según la época del año. Por ello, es posible ver incubar a los machos en sus nidos, copulando o cuidando de sus parvadas, lo cual es muy difícil de apreciar en su condición de ave salvaje. Al notar la curiosidad de la gente sobre la vida en el campo, Jorge sumó a la exposición de aves un entretenido show de esquila donde los participantes aprenden algunos menesteres de la lana. El final del recorrido nos encontró degustando un exquisito chocolate con pan casero en el quincho de la estancia. “Estrella, además de ser la mujer más compañera que existe, amasa pan como nadie en esta tierra”, sonrió orgulloso el señor de los ñandúes.